Una perspectiva sinestésica para la
función del director: “la escucha-visual.”
Musicalidad de la escena desde una
perspectiva corpórea.
Por Gabriela González López
/Movimiento
inspiratorio. Pausa/
Ante todo, la propuesta es PENSAR. /Pausa/ PEN-SAR / COLGAR-
PESAR / Pausa/ PEN – SAR /Pausa/ En
la musicalidad de la palabra pensar, sobrevuela su etimología.
Parece
complejo ponernos a definir MUSICALIDAD.
/Pausa / MUSI-CALIDAD
En mi desempeño
específicamente como cantante, me ha
tocado trabajar con algunos músicos instrumentistas que, a la hora de ensayar
para un concierto o de disponerse a tocar, buscan tranquilidad sobre el desarrollo del mismo
proponiendo un “va a sonar bien” o “Va a sonar lindo.” También, me ha tocado en
varias oportunidades trabajar con un intérprete que admiro que, ante las
incertidumbres naturales sobre el desarrollo del concierto (desde la cantidad
de público asistente hasta la complejidad de algunos arreglos o lo que
requieren ciertos temas), propone: “Nosotros ocupémonos de hacer música”. En la diferencia entre sonar bien y hacer
música y entre la idea que las obras suenan per sé o que la música es una
ocupación que nos involucra, emerge el sentido del término musicalidad.
La cualidad de musical, a la que hace referencia el diccionario para
definir esta palabra, es mejor no restringirla
a ritmo, altura, timbre, duración, intensidad, melodía y armonía….sino más
bien, ampliarla a trama, territorio y sensación que despliega la música a
través de aquellos aspectos. Musicalidad es la trama que emerge de la música
y de la que la música emerge.
La cualidad
de corpóreo, es lo que llamamos corporeidad.
/Sacar una tela/ Como tal, no está
restringida a los cuerpos humanos, sino abierta a la materialidad.
Las Artes
Escénicas y Musicales existen en el ESPACIO-TIEMPO. /Metrónomo
/ Un espacio y un tiempo que delimitan sus formas y dinámica.
Del TIEMPO, nos dice la filósofa María
Zambrano que, al hacernos conscientes de él, pasamos de padecerlo a movernos con él y aún sobre él. Las Artes Escénicas y
Musicales, son creación humana de un tiempo nuevo. En ellas trascendemos al
tiempo. Volviendo a las palabras de
Zambrano: “nos movemos con él y aún sobre él, al modo como se nada en el agua
respirando en el aire”.
La dinámica
es otro aspecto fundamental de estas
artes y, a pesar de eso, nos resulta muy fácil olvidar su importancia cuando
intentamos definir, asir y fijar lo inasible con palabras. /Dibujar trayectorias en el espacio con los
brazos y la tela, que impliquen distintas fuerzas en su ataque, esto generará
variables movimiento-sonido, en el último movimiento dejar la tela estática y que el tiempo del metrónomo siga
transcurriendo. Pausa/
La conmoción: /sonido estruendoso de tapa de cacerola Essen / perturbar, alterar,
inquietar, mover con eficacia, es un aspecto también fundamental que está
presente-o debería estarlo- tanto en la delimitación del tiempo escénico como en la dinámica.
/Jugar con el tiempo del metrónomo +
la tela + la tapa de la cacerola / Conmoción-dinámica-tiempo
/ Tiempo-conmoción-dinámica / Conmoción-Tiempo- Dinámica/ durante la duración del hecho
escénico.
Sin la
conmoción del intérprete, no hay puesta en valor del tiempo y de la dinámica
del hecho artístico en cuestión (música-teatro-danza) y no habrá conmoción en el espectador ni sensación de vivencia
re-creativa del tiempo. /Apagar metrónomo/
La conmoción
del intérprete precede a la emisión sonora, se vuelve gesto visible en el
espacio o, de manera sutil, presencia cargada de energía a punto de liberarse y
convoca la atención de quien asiste al espectáculo y queda transformado así en alguien que contempla aguardando algo;
viviendo el significado pleno de la palabra espectador. La conmoción que
precede a la emisión, da lugar a una
reacción en bucle entre conmoción y dinámica que transcurre
durante la duración de la obra y que perdura
una vez que nos hemos retirado del espacio en que se desarrolló.
Existe una
corporeidad de la música cuando ilustramos con el movimiento o resaltamos
mediante una acción algún aspecto de la música: rítmico, armónico, melódico.
(Por ej. La escena del barbero de El gran dictador al compás de la Danza
Húngara de Brahms). También podemos
postular una corporeidad de la musicalidad. En ella, los aspectos que se
materializan o corporizan en la escena, pertenecen a la trama en la que se desarrolla la música. La corporeidad de la musicalidad no está
restringida a la música (melodía, armonía y ritmo que “suena bien”). Está expandida a la musicalidad: crear una
vivencia nueva del tiempo, que se desarrolla durante una duración mensurable y
estimada (“hagamos música” aún en los silencios, con las acciones-físicas y
dramáticas-, con la plástica escénica, con los cuerpos).
Michel Chion postula dos sentidos sinestésicos: audiovisión y visuaudición. El primero es
un tipo de percepción en que la imagen es el núcleo consciente de la atención;
pero en el que el sonido aporta efectos, sensaciones y significados. La visuaudición,
es la percepción que se concentra
conscientemente en lo auditivo y en donde la audición es transformada por un contexto visual que ejerce influencia
sobre ella.
El artista
visual Antoni Muntadas, nos advierte en una de sus obras: “Atención/Pausa, sonido diapasón/: la percepción requiere participación.”
Sinestesia
es tanto la unión de dos imágenes o sensaciones procedentes de diferentes
dominios sensoriales como una imagen o sensación subjetiva,
propia de un sentido, determinada por otra sensación que afecta a un sentido
diferente. Lo que veo suena, aunque esté en silencio y, cuando el sonido emerge
de esa trans-sensorialidad, permanece fuera de una relación obvia con la
imagen, pone en evidencia esa materialidad compartida por los sentidos.
No podemos
exigirle al espectador lo que no estamos dispuestos a ofrecer nosotros, no sólo
al espectador, sino antes que a él, a la obra (teatral, coreográfica o musical)
que nos toque crear y/o interpretar, ya sea en el rol de directores y/o de
intérpretes.
Enfocarnos
perceptivamente, una vez que deconstruimos los aspectos técnicos más obvios,
nos pone en una perspectiva sinestésica en la que nuestros sentidos arman una
trama única. Me resulta muy difícil hablar de la relación CUERPO y MÚSICA, sin reparar en la relación que existe entre los
órganos alojados en un recoveco del hueso temporal, lo que llamamos el oído interno y donde conviven el sentido vestibular y el
auditivo. El sentido vestibular o de espacialidad, forma parte de este
enfoque perceptivo, aunque ya no tengamos el
hábito de considerarlo de manera consciente.
En el oído
interno, además de la cóclea como última estación del oído antes del nervio
correspondiente, tenemos el órgano vestibular, fundamental para los
procesos propioceptivos, o también
llamados intero-perceptivos, vinculados con el movimiento y el espacio.
/Invitarlos a generar sensación del
oído interno/.
La
percepción es lo primero que está en juego tanto para emitir como para recibir,
para el intérprete y para el espectador. Sin el compromiso perceptivo-participativo
no hay hecho artístico /, levantar
brazo izquierdo y tronar dedos/. No
/pausa/ hay /bajar brazo. SILENCIO/ No.
Sin
participación, no hay percepción: recibir y encargarse de algo que conocemos o
comprendemos a través de la captación por nuestros sentidos. Sin percepción, no hay conmoción.
El
espectador contempla, ante todo, con la vista y el oído; pero el director
y los intérpretes están involucrados en
el espacio desde el que emiten y, por lo tanto, perciben, conocen y tienen sensaciones no sólo con su vista y oído sino
también con su sentido espacial.
Parafraseando
a María Zambrano: hacernos conscientes de la espacialidad, nos ayuda no sólo a sentir el espacio y estar
inmersos en él, sino a trascender el padecimiento de habitarlo.
Una obra que
estoy dirigiendo tiene una musicalidad corpórea, aún aunque no tenga
música. Podríamos acuñar los términos Musicorporeidad y Corpomusicalidad para
describir esas cualidades sinestésicas que ponen en relación no sólo la
percepción visual con la auditiva, sino éstas con la percepción espacial. Esta percepción, a través de más de un
sentido, vivida por intérprete y directora o director; ponen en juego la
sinestesia de quien expectante se conmociona a través de sus sentidos, por
percepción y asociación. Entonces el hecho artístico se vuelve vivencia para
quien contempla y trascendencia para todos sus hacedores (intérpretes y
público) que habitan y crean una trama
de la que emerge una temporalidad-espacialidad nueva, que transcurre y
trasciende al espacio-tiempo dados por el hecho artístico.
“Toda la vida humana está en tránsito, y la no
humana también. La vida es tránsito. Hay que lograr que en este ser llamado
humano, dotado de pensamiento, el transitar sea trascender, es decir, sea
creador, creador de un tiempo nuevo.
….al pensar
se gana tiempo; se tiene conciencia del tiempo y no sólo se lo siente: no se
está envuelto por el fluir temporal, o bien, agobiado por el peso del presente
como si el tiempo se hubiese congelado, como si la realidad presente fuese a
ser siempre así. Es decir, que al tener conciencia del tiempo, el sujeto pasa
de padecerlo a moverse con él y aún sobre él, al modo como se nada en el agua
respirando en el aire.
Hundirse en
el sueño es el principio de música y poesía. Hundirse en el sueño es delirar.”
M. Zambrano
Sensación:
Impresión que percibe un ser vivo cuando uno de sus órganos receptores esestimulado. Sensaciones olfativas, visuales, táctiles. Sensación de dolor.
2. f. Percepción psíquica de un hecho. Quedó sobrecogido por una sensación desoledad.
3. f. Presentimiento de un hecho. Tengo la sensación de que saldrá bien.
4. f. Impresión fuerte, generalmente de sorpresa, producida en un grupo depersonas por algo o alguien. Su nuevo coche causó sensación.
5. f. Persona o cosa que causa sensación (‖ impresión fuerte). Su traje fue lasensación de la fiesta.
Sinestesia
De sin-1 y el gr. αἴσθησις aísthēsis 'sensación'.
1. f. Biol. Sensación secundaria o asociada que se produce en una parte delcuerpo a consecuencia de un estímulo aplicado en otra parte de él.
2. f. Psicol. Imagen o sensación subjetiva, propia de un sentido, determinada por
otra sensación que afecta a un sentido diferente.
3. f. Ret. Unión de dos imágenes o sensaciones procedentes de diferentes
dominios sensoriales, como en soledad sonora o en verde chillón.