CON EL ÉNFASIS PUESTO EN LA PALABRA PENSAR
Las técnicas conscientes o somáticas tienen aspectos en
común. Hay diferencias en el alcance, en las temáticas, en la metodología, en
los procedimientos. Sus características
las vuelve potenciadoras de la singularidad. Son técnicas que se vuelven
únicas en cada persona, reveladoras, que nos convocan a un estado de presencia
pensante, sintiente, activo y abierto emocionalmente en el aquí y ahora y que nos
permiten percibir nuestro caudal de fuerza humana. Generadoras de espacios de
integración y libertad donde lo uniforme queda excluido.
En el Sistema
Consciente para la Técnica del Movimiento, el lugar organizador de la técnica,
el punto de inicio y de sostén del trabajo, es el pensamiento. No como idea u
opinión. Pensamiento como acción que se produce a través de la apropiación de
unas consignas que son órdenes mentales. Cuyo objetivo es crear un estado de
consciencia previo al acto de pensar. Mediante la reiteración continua de las
consignas, vamos organizando el movimiento desde nuestro cuerpo interno.
Es por
esto por lo que el alcance de esta práctica puede ser mejorar lo postural o
motor, acceder al pensamiento creador o llegar a las propias profundidades.
Depende de las expectativas y la motivación personal. Resulta paradójico,
quizás, que cuanto menos determinada sea la meta, más sorprendente es el alcance.
Entre asombros y desconciertos
Otra característica compartida entre
estas técnicas es que sólo podemos comprenderlas en el hacer. Las fundamentaciones
no reemplazan el tránsito, las explicaciones no pueden transmitir la experiencia
ni ayudarnos a suponer qué producen. En el caso del SCTM, las consignas son
reveladoras: no sabemos de antemano qué es lo que nos producirán, lo que
lograremos con ellas.
A mis clases y talleres asisten
personas de diferentes edades y con recorridos previos aparentemente disímiles:
con experiencia en esta u otras técnicas conscientes, artistas de diversas
disciplinas, personas que por primera vez se acercan a una propuesta de estas
características en busca de bienestar. Es interesante observar cómo quienes
están familiarizados con otros procedimientos de las técnicas conscientes
tienen que transitar el desconcierto que les produce que la primera consigna
sea pensar; que quienes están habituados a otras maneras de entender la
grupalidad, tengan sensación de soledad; que quienes suelen comenzar por grandes
movimientos en el espacio se asombren con su propia necesidad de un mover
mínimo; que quienes están acostumbrados a una lógica causal se sientan
perplejos cuando, trabajando un espacio articular de una mano, sienten
repercusiones otras zonas del cuerpo o se abre la memoria. Es interesante
observar cómo todas estas emociones iniciales acontecen y se disipan, al seguir
repitiéndonos las consignas como un mantra. Y que quienes ya la transitaron,
sigan encontrando resonancias nuevas.
Pienso
que pienso con palabras
La relajación de la musculatura profunda nos permite
llegar a fuerzas que están depositadas en estado latente en los centros
dormidos del sistema nervioso. El
pensamiento desde la técnica crea posibilidades de movimiento a través de los
centros de energía que movilizan estas fuerzas pudiendo llegar a lo desconocido
de nosotros mismos. La reiteración produce que las
consignas que se mantienen a través del tiempo cambien en grados de intensidad.
El Sistema exige una
acción voluntaria y permanente. No debemos usar la imaginación como atracción
de la conciencia. Se debe permitir que la orden mental actúe por sí misma.
Cada
espacio anatómico que nombro con las consignas es el lugar de mi cuerpo al que
le doy entidad, donde organizo mi conciencia. Estas consignas no deben
interpretarse. No debemos suponer cuál es el resultado esperado ni traducirlas
en una demostración de lo que estamos haciendo:
pienso
que pienso con palabras
pienso con intensidad, potencia y
precisión
relajo la lengua
por debajo de la lengua
Debemos
repetirnos las órdenes mentales que nos ofrece esta técnica, de manera literal,
consciente y como un mantra. De forma no mecánica.
Conexiones
neurales, conexiones humanas
La
coraza muscular se crea por la desconexión que existe entre el mundo creativo y
emocional y la posibilidad de usar ese caudal energético en el acto creador. Fedora
Aberastury, la creadora de esta técnica, decía que la conciencia nos lleva a
las profundidades de la creación y que la dinámica del movimiento involucra la
energía liberadora que da paso a la emoción.
Neuroanatómicamente,
esta metodología se basa en el desarrollo de la motricidad fina, entendida como
coherencia entre el pensar y el hacer, y en el conocimiento biomecánico. Es por
eso que la relación entre el cerebro, la lengua y las manos ocupa un lugar importante
dentro de la gran cantidad de ejercitaciones. Siempre a través de una
metodología que se sostiene en la reiteración de la palabra precisa y la percepción
profunda, los conceptos de correspondencia articular y sistema de correlaciones
energéticas, también nos invitan a concienciar otros espacios corporales poco
frecuentados.
En
el léxico de esta técnica, relajar no es abandonar, sino dejar pasar. Cuando la
lengua recibe la energía de los pensamientos, las manos actúan sin reflejos
condicionados. La lengua consciente y relajada despierta las fuerzas de puje,
que rigen sin empuje. Si queremos entender qué quiere decir esto, observemos a
un ser humano menor de tres años aprender una tarea nueva o la próxima vez que
estemos haciendo algo con las manos o los pies y nos sintamos trabados,
relajemos la lengua y dejémosla que se asome dilatada entre los labios.
Pienso
Relajo Abro
El
Sistema Consciente para la Técnica del Movimiento exige una acción voluntaria y
permanente, personal. Requiere una repetición que se actualiza. En una clase,
un mismo ejercicio es llevado adelante por cada persona a su propio ritmo y de
acuerdo con su nivel de conocimiento. La grupalidad no es algo externo a lo que
hay que adecuarse; emerge incluyendo las singularidades, si nos mantenemos
enfocados en los pasos que organizan la práctica. La no interpretación, desde
el rol docente y el de compañeros, es parte del aprendizaje y juega un papel
fundamental en un trabajo técnico que intenta no imponer respuestas y no poner
punto. Es en esos momentos cuando observamos relaciones inesperadas,
comunicaciones sutiles.
La
acción de abrir es la más reiterada en las consignas de esta técnica.
Propongo este final de nota como apertura. Una apertura es un espacio de
circulación.
Dejo resonando:
Relajar no es abandonar,
es dejar pasar.
Cambiar la palabra
concentración por organización de la atención.
Deshacer es un hacer
consciente.
Gabriela
González López: artista
escénica de formación multidisciplinaria. Desde fines de los años 80, entró en
contacto con el SCTM, formándose con la Maestra María Inés Azzarri. Coordina los
talleres Cuerpo y Artes Escénicas. Profesora
titular de cátedra de Entrenamiento Corporal del Actor en la UNA, espacio en el
cual ha organizado ciclos de charlas vinculados a las técnicas conscientes en
la Actuación y al SCTM. Como artista y docente sus propuestas llegan a diversas
ciudades de nuestro país y también del exterior.